viernes, 28 de octubre de 2011

Los Tigres de Ciego de Ávila


Por René Rivero Díaz

Con una historia humilde, pero prometedora, los Tigres de Ciego de Ávila asedian el inicio de la LI Serie Nacional de Béisbol para lavar la afrenta sufrida ante los Lobos de Pinar del Río durante la discusión del título en la pasada temporada.

Las huestes de la Región de la Trocha desplegarán todo su potencial bajo el mando de Roger Machado, el timonel que las condujo en el anterior torneo al segundo escaño, el mejor resultado en su historia de 34 temporadas.

Acusados por algunos por su falta de garra, los Felinos avileños responderán a las exigencias de sus prosélitos con la unión de jugadores experimentados y jóvenes talentos que buscan la consagración.

Entre los cambios anunciados en las filas avileñas, destaca el envió del camarero Rubén Valdés a la antesala, para devolver a Raúl González a la segunda base, ante la veteranía de Mario Jorge Vega.

La historia recoge entre las conquistas del club la inclusión de Omar Carrero y José Antonio Barroso entre los lanzadores cubanos que ham propinado unjuego de cero jits en Series Nacionales.

Sumidos en el mismo vaivén que la mayoría de las franquicias antillanas, la de
Ciego de Ávila abrió su existencia sin un distintivo propio, y no fue hasta la temporada 1980-1981 que una piña apareció en la franela local.

Una década después, obligados por la desaparición de la fruta de los campos avileños, el escudo oficial de la provincia apareció como símbolo reemplazante, hasta que años más tarde, los mismo jugadores acordaron tomar al Tigre como insignia.

Para el debut a finales de 1977, Ciego de Ávila vistió a sus peloteros de amarillo y negro, combinación sustituida con el paso del tiempo por un rojo encarnado, verde y amarillo mezclado con azul.

En el actual siglo, los avileños asumieron el azul royal, el azul prusia y el azul cielo que mantienen con una combinación de rojo.

Los destinos de la franquicia beisbolera de la Región de la Trocha han sido dirigidos por Mario Salas, Héctor Argüelles, José Miguel Pineda, Darío Cid, Ulises Jardines, Onesio de León y Roger Machado


Situado en el reparto Vista Alegre de la Ciudad de los Portales, el estadio José Ramón Cepero acoge con sus 13 mil capacidades la leyenda de los Tigres, aunque su apertura fue del dos de agosto de 1964.

En su estructura de hormigón armado resuenan su condición de subsede del equipo Camagüeyanos en la Serie Selectiva, además de organizar partidos de la Súper Liga Cubana, y en 1989 el V Torneo Internacional José Antonio Huelga.

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